Obsesion

Capitulo 1


No se cuanto bebí pero estaba borracho y llovía, caminaba por la calles frías, ahí la vi era la mujer más hermosa que he visto, me pidió un cigarrillo yo apurado le di uno y mientras se lo encendía no podía evitar una cara de baboso encantado.

Conversamos y me invito a ir a otro lugar más “cómodo”, yo lleno de deseo por su perfección y labios carnosos acepte, llegamos a un viejo motel del puerto, era lo único que encontré disponible a esa hora ya casi las 4 de la madrugada.

Luego de cancelar me dirijo a la habitación y ella me esperaba desnuda sobre la cama, no pude evitar mirar su cuerpo de pies a cabeza y aun mas porque mi buen lector en mi pasión visual mire cada uno de sus cabellos, uno por uno, ya la borrachera había pasado, pero esta vez estaba embriagado de su amor. No lo podía creer, la comencé a besar y recorrí con mi boca sus pechos del cual emanaba el aroma del jazmín en primavera; rosados, perfectos, mi boca llena de la miel que corría por su entrepierna, era la perfección del amor, ella con lentos y suaves quejidos provocaba en mi un apetito sexual que no puedo describir. Ya satisfecho de su miel subo sobre ella y entro en su bello ser, no sé qué seria pero la sentí como una virgen caída del cielo y su cuerpo vibraba al ritmo de mí entrar.

Saciado casi al amanecer dormimos y su aroma a jazmín estaba por todo mi ser creo que hasta en mi alma.

Me desperté al medio día estaba solo. De ella no había rastro, me visto y pregunto al dependiente por ella y la respuesta me dejo casi estupefacto “no señor usted llego solo anoche”, yo sabía que no fue un sueño fue real. Sin comprender lo que pasaba volví por mis cosas a la habitación y cuando miro sobre el velador veo una rosa blanca y una nota que decía “gracias, hasta pronto” firma jazmín.

La comencé a buscar la encontré…. Pero esa trágica historia se las cuento otro día.





Capitulo 2


Esa maldita alarma suena nuevamente como cada mañana, hay que ir a trabajar.

No al alcanzaba a despertar cuando suena mi móvil. Maldición mi jefe (normalmente tengo un pésimo humor por las mañanas):


- Muy buenos días querido jefe (idiota)

- Andrés como estas, veo que estas de buen ánimo esta mañana, bueno te lo mejorare, una mujer asesino durante esta madrugada a su espeso y a su hijo de 4 meses, al parecer un trastorno derivado de una grave depresión, no sé, lo que sea, el fiscal le quiere dar perpetua; ya sabes que hacer.

- Deja que la maldita se pudra, a los maridos no se les mata (a mi me hubiesen matado como 3 veces en esta vida).

- No podemos es la hija del senador costa, que tengas buen día.


Que mejor una, sicópata apitutada. Llego al hospital y ahí está en su lujosa habitación, muchas flores y sus ojos desorbitados, no sabía ni lo que pasaba a su alrededor, intente hablar con ella sin resultado, sus manos vendadas por los cortes que se provoco al intentar rebanar a su hija con los vidrios de una ventana, al parecer intento comérsela, la policía informo que le había arrancado sus extremidades e intentaba mascar parte de su rostro; la escena a primera hora de la mañana era pésima, así que di mi informe muy rápido y me fui por un café a la oficina. De pronto viene a mí su recuerdo. Vivido que hasta sentí su aroma en mi boca, me trastorne parecía un verdadero adicto sin su droga.


Salí rápidamente de la oficina y en mi desesperación conduje a cualquier parte no sabía dónde iba; De pronto me detengo y diviso a lo lejos una pérgola, cerca del viejo cementerio, detengo mi auto y veo un pequeño puesto donde solo vendían jazmines y rosas blancas, es ahí y para mi sorpresa, tras aquellas flores estaba ella, con un vestido blanco traslucido, que dejaba ver la perfección de su cuerpo, su sonrisa ilumino mi alma, ella toma mi mano y me pide que la siga.

Llegamos a un lago cercano al cementerio, sobre el pasto nos besamos, la acaricie, mis manos frías recorrían su cuerpo con la intención de entrar bajo su falda, lo cual no mucho tiempo demore, el aire se llenaba de olores que saturaban mi mente y todo se apago.

Solo ella y yo revolcándonos en un conjunto de deseos libidinosos, por ellos cualquier mortal nos acusaría de erigía, desnudo de mi mente y de mi alma solo en ella podía pensar, parecía hechizado por su amor y el deseo no paraba, ella y solo ella una diosa que me entregaba su amor a mí, solamente a mí, si porque ella es solo mía. Hicimos el amor…. Ya ni sé cuantas veces, solo sé que por nuestras piernas corría y mojaba el placer de los encantos conjugados y a pesar de nuestro cansancio seguíamos como si cada vez, fuese la primera vez.


Esta vez no la deje escapar de mis brazos y la lleve a mi casa, estando allí; ella me pido ir porque me decía que su alma era como el de la golondrina; si la encierras muere. Yo no podía permitir que se fuera de mi lado y la encerré en mi habitación, cada cierto tiempo le llevaba alimento y agua.

Han pasado cuatro días que está en aquella habitación cada noche al oigo llorar y pedir que la libere, pero no puedo, la amo y si la dejo ir no la veré jamás, eso ni tu mi estimado lector lo permitirías. O si?, no importa tu opinión yo se que ella me ama pero está confundida. Una mañana entre a su habitación y dormía desnuda sobre la cama, la comencé a besar y despertó con mis besos, ella se abalanzo sobre mi e intento golpearme, no entendía que le sucedía, ella me ama, no me debe hacer daño. Entonces entendí…. Ella solo jugaba conmigo, yo era su juguete y me dejaba cuando quería, no se lo podía permitir así que tome una almohada, la apreté contra su cara hasta que no se movió más. Ya se había calmado, me seguía amando, tanto como yo la amo.

Hoy como cada noche, me espera acostada y desnuda en mi cama, en silencio, ya no habla, perdió su voz, perdió su aroma, moscas caminan sobre su cuerpo, pero a mí, no me importa porque sé que ella aun me AMA.

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