Orgasmo sangriento





Esta noche le he fallado no he llegado temprano a casa, el me espera pero antes debo buscar a alguien que plazca mi deseo espiritual, lentamente llego a la casa de mi cuñada, esta sola ya que mi hermano esta de viaje y a esta hora ella siempre esta bebida y con algún tipejo encamada, entre por la puerta trasera, conservo en secreto una llave y he allí la escena que yo esperaba. Ella sobre el sofá hermosamente vestida con su cabellera negra, muy larga que cubre sus senos redondos de puntas rosas, levantadas desafiando al olimpo, le acompaña un cuerpo hermoso de piernas perfectamente contorneadas y entre abiertas como si supiese que esta noche la visitaría. Pero no me deje llevar por el deseo que; me cubría y mojaba la entrepierna, mire escondida como muchas veces esperando mi momento.

El estaba de rodillas lamiendo su vagina mientras ella le azotaba con un látigo la espalda y recién se comenzaba a ver las primeras marcas del deseo que aumentaban mientras mas excitada estaba, yo quería ver aquel momento cuando la sangre fluyera y comenzara a teñir de rojo la alfombra, porque cada gota representaría los segundos que faltarían para que reventara en un explosivo orgasmo continuo y la invadiera el deseo de ser penetrada mientras la sangre de el se mezclaba con la miel de su vagina, aquel momento seria mi momento.

El reloj avanzaba lentamente cuando en un segundo, el estaba montado y metiendo su grueso pene hasta el fondo y ella se retorcía de placer untando sus manos en la espalda; y así, saborear la sangre que quedaba es sus manos. Allí entre; al verme ella, sonrió y tomando el abre cartas lo enterré en el cuello de ese pobre idiota para que pudiera beber detenidamente el deseo del orgasmo sangriento, en su desesperación intento el escapar mas el licor y la perdida de sangre solo le permitió rendirse en los brazos de la muerte.

Ella me miro agradecida, aun retorcida en el piso por el placer de su orgasmo, la bese, le mire e increíblemente ella me amaba y no imaginaba porque la visitaba aquella noche…

Desnude mi cuerpo a la espera de una pequeña retribución y poder también disfrutar un poco del placer de su cuerpo ensangrentado y libidinoso. Ya toda sometida a mi, la hice caminar por el piso como una zorra en celo, poner su trasero en mi boca lentamente, lo que no esperaba era lo que yo guardaba para ella, una jeringa con 20 mm de bicifadina, excelente droga que te permite paralizar durante un tiempo determinado a tu victima sin que ella pierda la conciencia y solamente pueda mover sus ojos…… ahí comencé a jugar yo.

La mire desnuda, tirada en el piso, ensangrentada, inmunda como la perra maldita que es, siempre creyó que la quería, jaja solo la use porque sabia que llegaría este momento donde la necesitaría. Fui al cuarto de herramientas, tome de allí una pistola hilthi, muy usada para anclar clavos de acero en el concreto y abrí sus brazos como una crucificada y los clave al piso, fue placentero sentir como penetraba el metal su muñeca y la aprisionaba contra el piso. Bese su senos, sus ojos vertían lagrimas no se si de dolor o placer, cuando estas en ese estado la única opción de manifestar lo que sientes es a través de tus ojos y ellos son muy engañadores.

Paso una hora de mi entretenido y justiciero juego, ya era tiempo de ponerle fin. Saque de mi cartera mi equipo quirúrgico, del cual tome el bisturí, lentamente realice un corte en su abdomen bajo para llegar a su útero, el cual estaba allí todo fértil, lleno de óvulos, robusto, listo y dispuesto para procrear. Lo cercené cuidadosa y bellamente, lo puse sobre un plato y lo comí frente a su atenta y horrorizada mirada.


- Jajajajaajaja, nunca pensé cuñadita que me darías tanto disfrute, no te preocupes pronto la sangre parara de correr y estarás mejor. Ups, me olvidaba para ese momento tu estarás muerta y yo feliz en casa con mi esposo.

- Sabes los antiguos zulú creían que si comías algo de tu enemigo adquirías esa cualidad y yo como tu vientre así que al fin podre tener ese hijo que tanto desea mi amado esposo. Y bueno que pena que mi hermanito te encuentre en estas condiciones, creo que lo culparan, dirán que fue su venganza.

- Te veo en el cementerio y no te preocupes, me pondré aquel vestido rojo que tanto te gustaba y llorare largamente tu muerte.



Me di una buena ducha y me fui a casa, donde mi buen esposo me esperaba ya dormido, me acurruque junto a el y lo bese como nunca el esperaba que lo besara.


- Como te fue cariño?
- Bien amor, estuvo muy bello mi paseo, me amas?
- Siempre, toda la vida
- Que bueno yo también, por ti haría cualquier cosa, hasta mataría, buenas noches que descanses amor MIO.

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